El orden y la seguridad de las personas es responsabilidad de los gobiernos, de ningún modo puede responsabilizarse a los particulares de ello, opinaron diputados de la Asamblea Legislativa, quienes advirtieron que “bajita la tenaza”, ante la incapacidad de las autoridades que previenen el delito y el mismo gobierno federal y local, se han visto rebasados por el hampa, y con su ineficiencia pretenden ahora sembrar de muertos a la Ciudad de México con el supuesto de la autodefensa.
Cuestionado sobre la propuesta de iniciativa del senador Jorge Luis Preciado de portar armas de fuego por los ciudadanos para defender de la delincuencia sus hogares, negocios y autos, los legisladores descalificó la iniciativa “porque la primera responsabilidad de un gobierno es la defensa de la seguridad y los bienes de las personas, de ninguna manera es de los particulares”.
“Sería un error alimentar el armamentismo en el país, particularmente en la Ciudad de México, porque se estaría motivando la violencia y la venganza por propia mano, la Ley del Talión, ojo por ojo y diente por diente, hace muchos miles de año que está superada en una sociedad”, remarcó a través de un comunicado la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Asamblea Legislativa del recinto de Donceles y Allende.
Los tiempos en que los ciudadanos tomaban la justicia por propia mano, quedaron atrás y nadie quiere que regresen, lo que debemos propiciar es la pacificación, la concordia y el respeto irrestricto al imperio de la ley.
Resulta inviable una propuesta armamentista porque armar a la gente puede desatar una ola de vendettas y gatillos fáciles, es decir, generaría más violencia, intolerancia y una sociedad que venere el uso y la portación de armas, como ocurre en Estados Unidos, y nadie quiere eso.
Dijeron que se tiene que combatir de fondo los problemas, sin hacer propuestas regresivas, y explicaron que para tener una sociedad en paz, es necesario generar políticas públicas y condiciones de bienestar social, a fin de inhibir los brotes de violencia y, sobre todo, reducir la delincuencia con empleo, bienestar y oportunidades de desarrollo.
Por ello, recalcaron que en lugar de promover las armas, los legisladores debemos velar por el respeto a los programas sociales en beneficio de las personas más vulnerables y por el combate frontal a la pobreza.
Contrario al armamentismo, la Asamblea Legislativa propone convertir en Ley el Programa de Desarme Voluntario, con la finalidad de que los habitantes de la Ciudad de México se deshagan de las armas y las intercambien por dinero o despensas para mejorar sus condiciones de vida, evitar accidentes fatales y fortalecer la seguridad en sus hogares.
Puntualizaron que en el país se estima que hay entre 25 y 30 millones de armas circulando sin ningún registro, mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene reportadas sólo tres millones, lo que equivale apenas a un 10 por ciento de lo que hay a nivel nacional, imagínense si se auspicia más el armamentismo.
Explicaron que el Programa de Desarme Voluntario ha tenido éxito desde que arrancó en 2012, porque con él se han asegurado 24 mil 500 armas, 156 mil cartuchos, además de 12 mil cargadores y proyectiles en lo que va de la presente administración capitalina.