La Habana (PL).- El diario alemán Der Spiegel y el español El Mundo removieron el planeta Tierra al hacerse eco de cientos de documentos expuestos por el portal alternativo Football Leaks, al acusar de presunto fraude fiscal al crack portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo.
Hace poco tiempo, el argentino Lionel Messi recibió una condena de 21 meses de cárcel por evasión fiscal. El mejor jugador del mundo fue declarado culpable por defraudar 4,1 millones de euros a la Hacienda de España. Pero el caso que ahora nos atañe entra en otra dimensión, es muestra fiel de la barbarie del capitalismo.
Resulta que CR7, su agente Jorge Mendes y sus asesores crearon un entramado societario para desviar hacia paraísos fiscales al menos 150 millones de euros y ocultar así los ingresos por derechos de imagen del famoso jugador.
Desde finales de 2008, cuando aún militaba en el Manchester United, Cristiano «protegió» sus ingresos por derechos de imagen en tres empresas de las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal en el Caribe. Eran compañías fantasma, que funcionaban bajo un sistema de sociedades instrumentales sin actividad real, sin empleados, con operaciones exclusivas a través de testaferros profesionales.
Entre 2009 y 2014, el delantero lusitano generó 74,8 millones de euros por publicidad, y posteriormente firmó otro contrato hasta 2020 por otros 75 millones de euros. De esos casi 150 millones pagó 5,6 millones en impuestos al fisco español, apenas el cuatro por ciento del total a sufragar.
Los dineros de los contratos pasan por Irlanda (un paraíso fiscal de Europa -exige la tributación del 12,5 por ciento de los beneficios, la más baja del continente-), se gestionan en Islas Vírgenes Británicas y acaban en cuentas bancarias en Suiza, donde el jugador «aparecía como receptor de todos los ingresos percibidos por la sociedad», de acuerdo a los documentos expuestos por Football Leaks.
Las empresas Multisports & Image Management (MIM) y Polaris Sports, radicadas en Dublín y pertenecientes al emporio de Mendes -el agente más exitoso del mundo del fútbol-, recibían, a modo de comisiones, alrededor del 25 por ciento de los ingresos publicitarios de Cristiano Ronaldo.
Entre las marcas vinculadas con este entramado están Nike, Unilever, Kentucky Fried Chicken (KFC), Konami y Toyota Thailandia, entre otras. Además, el jugador tramitó por la misma vía sus acciones en hoteles y varias empresas de tecnología y Smartphones.
De acuerdo a varios reportes de prensa, ya la Agencia Tributaria de España abrió una investigación sobre este presunto entramado de fraude fiscal. De ser declarado culpable, el jugador pudiera enfrentar una pena de seis años de cárcel.
El rollo mediático alrededor de Ronaldo apenas comienza. A partir de ahora saldrán a la luz un sinfín de informaciones -unas más veraces que otras- en torno al tema, incluida la isla privada en Grecia que le regaló a Mendes por su boda con Sandra Barbosa. Pero algo queda bastante claro: el fútbol es más que un simple juego.
DEFENSA Y ATAQUE, FUERA DEL FÚTBOL
Tras estallar el escándalo, Mendes salió rápido al paso de las informaciones filtradas y garantizó que el jugador «se encuentra al corriente de todas sus obligaciones fiscales», dentro y fuera de España.
Incluso, su empresa de representación, Gestifute, emitió un comunicado en el cual se asegura que Cristiano declaró en el «ejercicio de 2015 bienes en el extranjero por un valor de 203 millones de euros».
¿Crees que estoy preocupado? Quien no debe, no teme, espetó Ronaldo a un periodista, hace unos días, tras concluir el partido contra el Borussia Dortmund, por la Liga de Campeones de Europa.
Sin embargo, al poco tiempo las autoridades españolas explicaron que investigarán a fondo a Ronaldo y a todos los futbolistas de Mendes, entre los cuales sobresalen el colombiano Radamel Falcao, al técnico portugués José Mourinho, el argentino Ángel Di María, el lusitano Ricardo Carvalho y el español Xabi Alonso, entre otros.
Si la Hacienda de España llegara a declarar legal todo el entramado financiero del crack del Real Madrid, entonces veremos una oleada enorme de jugadores que usarán esa vía para proteger sus derechos de imagen en paraísos fiscales en lugar de hacerlo en el país ibérico, donde deben entregar el 43,5 por ciento de sus ingresos.
Mucho más cuando el jugador acaba de renovar hasta 2021 con el Madrid, hecho que garantiza su presencia en suelo español por lo menos durante los próximos cinco años.