México (PL) Millones de personas que habitan en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) estuvieron respirando las últimas semanas aire contaminado por encima de los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No se trata de un problema nuevo, pero si se hace cada vez más recurrente para los que viven en la capital mexicana y otras urbes y municipios adyacentes, en particular del estado de México, donde usualmente se registran los mayores niveles de partículas de ozono en la atmósfera.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene como meta llegar hasta 2030 a los niveles de calidad del aire que establece la OMS con la Estrategia Nacional de Calidad del Aire (ENCA) en todo el país.
Pero hasta entonces, la población continúa expuesta a contaminantes que pueden provocar enfermedades o muertes prematuras. Los problemas van desde enfermedades respiratorias hasta poco peso y desarrollo cerebral en niños.
Anualmente unas 29 mil personas mueren en el país por efectos de la contaminación. De ellos nueve mil corresponden a la ZMVM.
Martín Gutiérrez Lacayo, titular de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME), asegura que no respira aire de buena calidad ninguna de las 30 millones de personas que habitan en Ciudad de México, estado de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Morelos.
Registros del 2014 indican que la tasa de contaminantes se sobrepasó en Ciudad Juárez, Monterrey, zona metropolitana de Guadalajara, Toluca, Celaya, Torreón y Ciudad Victoria.
Ese mismo año el ozono rebasó su límite en Irapuato, Pachuca, Cuernavaca, zonas metropolitanas del valle de México, Monterrey, Guadalajara y Toluca, así como en Minatitlán, según la Semarnat.
En marzo pasado su titular, Rafael Pacchiano, presentó la Estrategia Nacional de Calidad del Aire, la hoja de ruta rumbo al 2030.
Al respecto anunció la verificación vehicular obligatoria en todo el país y el fomento del uso de transporte público eléctrico en ciudades de más de un millón de habitantes, medidas planteadas previamente en la Estrategia Nacional de Cambio Climático.
En la ENCA se reconoce que diversos estudios epidemiológicos demuestran que la exposición a contaminantes, los patrones de conducta y los microambientes en el trabajo o en el hogar son factores causantes de enfermedades y muertes prematuras.
Citó un estudio del Centro Mario Molina, en cual consigna que uno de los 15 primeros factores de riesgo a la salud en México es la exposición a concentraciones excesivas de contaminantes en el aire.
Agregó que otras investigaciones concluyen que la exposición prolongada a altas concentraciones de partículas PM2.5 y PM10, incrementan significativamente la mortalidad prematura por cáncer pulmonar y puede desencadenar procesos neurodegenerativos en la infancia.
Un estudio comparativo del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático concluyó que la aplicación de los criterios recomendados por la OMS salvaría a 853 personas de muertes prematuras en tres ciudades mexicanas.
La ENCA tiene como propósito fundamental establecer acciones para minimizar la exposición de las personas a contaminantes: la reorientación de la planeación urbana, desarrollar ciudades sustentables, migrar hacia el uso de energías limpias y un parque vehicular con nuevas tecnologías, entre otras.
Actualmente, cuando las partículas contaminantes sobrepasan los límites establecidos por la Comisión Ambiental de la Megalópolis, se establece la llamada Fase Uno de Contingencia Ambiental, cuyas medidas resultan insuficientes para mejorar la calidad del aire en el Valle de México.
Entre estas disposiciones se encuentra el programa Hoy no Circula, que se redobla en coyunturas de contingencia y prohíbe la circulación a más de un millón de vehículos. Sin embargo, sucede que al otro día los niveles de contaminación son mayores.
El Valle de México está rodeado de montañas e incluso volcanes, que resultan una barrera natural para la dispersión de contaminantes, sobre todo en condiciones atmosféricas normales, sin lluvia y poco viento.
Junto a la alta concentración de ozono en la atmósfera de la ZMVM, sus habitantes sufren por estos días de una ola de calor y altos niveles de radiación solar, nociva para la piel. Investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) y del Instituto de Geografía (IG), ambas instancias pertenecientes a UNAM, indicaron que se debe aplicar medidas a mediano y largo plazo para contrarrestar las emisiones de contaminantes.
Los directores del CCA y del IG, Telma Castro y Manuel Suárez, respectivamente, y los investigadores de la primera entidad académica, Paulina Ordóñez Pérez y Gerardo Ruiz , detallaron en conferencia de prensa que las condiciones climáticas cálidas favorecen que los contaminantes no se dispersen.
Ruiz Suárez indicó que se trata de un problema regional y no de un estado o municipio en particular. Por ello, llamó a realizar entre otras acciones, incluidos ajustes legislativos, a fin de que se pueda sancionar a quienes no cumplen con el cuidado ambiental.
Industrias, transportistas y otros sectores económicos quedan exentos actualmente de las sanciones que se aplican principalmente en la Ciudad de México.
El programa Hoy no Circula, dijo Gerardo Ruiz, en realidad no afecta a los automovilistas, que representan el 20 por ciento de la movilidad en la ZMVM, sino al 80 por ciento restante: las personas que usan transporte colectivo.
Calificó que poco eficiente el sistema de transporte público en la región «y si le metes una sola persona más, causas un caos y se congestiona».
El científico llamó a aplicar las regulaciones en todos los municipios y delegaciones de las entidades que conforman la CAME, para que no haya medidas particulares en cada uno de ellos, sino una general.
Entre tanto, habrá que esperar al 2030 para aspirar a respirar un aire sano, y no el que pulula por estos días de contingencia ambiental.
Contaminación en el Valle de México: ¿hasta el 2030?
Por Orlando Oramas León