Berna, 14 sep (PL) Científicos de la universidad estadounidense de Colorado Boulder demostraron en un estudio publicado hoy que células bacterianas tratadas con un antibiótico común en el espacio cambiaron de forma para sobrevivir y hacerse resistentes.
Para demostrar esa hipótesis, diseñaron un experimento para cultivar la bacteria Escherichia coli (E. coli) común en la Estación Espacial Internacional y tratarla con varias concentraciones diferentes del sulfato de gentamicina, un fármaco que la mata en la Tierra.
Como resultado, las bacterias cultivadas aumentaron 13 veces en el número de células y tuvieron una reducción del 73 por ciento en el tamaño del volumen celular en comparación con un grupo de control de la Tierra, dijo el autor principal, Luis Zea, en un trabajo divulgado en Frontiers in Microbiology.
Al decir de Zea, sabíamos que las bacterias se comportan de manera diferente en el espacio y que se necesitan concentraciones más altas de antibióticos para matarlas.
Lo nuevo es que llevamos a cabo un análisis de la apariencia física cambiante de las bacterias durante los experimentos, subrayó.
El nuevo estudio también mostró que la envoltura celular bacteriana -esencialmente su pared celular y su membrana externa- se volvió más gruesa, lo que probablemente protegería aún más a los microbios del antibiótico, expuso Zea.
Asimismo añadió que la E. coli crecida en el espacio también tiende a formarse en grupos, tal vez una maniobra defensiva de tipo que puede implicar una cáscara de células externas que protegen a las células internas de los antibióticos.
Además, algunas de las células de E. coli también produjeron vesículas de membrana externa, pequeñas cápsulas que se forman fuera de las paredes celulares y actúan como mensajeros para que las células se comuniquen entre sí, agregó.
Para el experto, tanto el incremento en el espesor de la envoltura celular como en las vesículas puede ser indicativo de mecanismos de resistencia a fármacos que se activan en las muestras de vuelos espaciales.
Por eso, este experimento y otros similares nos dan la oportunidad de entender mejor cómo las bacterias se vuelven resistentes a los antibióticos aquí en la Tierra, concluyó.