Washington, 30 oct (PL) Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente Donald Trump, fue acusado por autoridades estadounidenses de 12 cargos revelados hoy, entre ellos el de conspiración contra el país y desestimar el registro como agente de una entidad extranjera. Tales imputaciones se dan a conocer el mismo día en que Manafort se entregó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) tras una orden del fiscal especial Robert Mueller, quien examina la presunta interferencia rusa en las elecciones de 2016 y una supuesta complicidad del equipo de Trump.
La acusación, que también afecta a Rick Gates, antiguo socio del exconsejero y miembro de la campaña, incluye proveer información engañosa en documentos sujetos a la Ley de registro de agentes extranjeros, suministrar declaraciones falsas y otros siete cargos por no reportar cuentas en bancos del exterior.
Estas imputaciones están relacionadas con el trabajo realizado por Manafort y Gates en nombre de un partido político ucraniano, el cual según Muller les habría pagado decenas de millones de dólares que luego lavaron para ocultarlos de la justicia norteamericana.
La extensa acusación de 31 páginas no menciona el trabajo de Manafort para la campaña de Trump, que comenzó en marzo de 2016 y terminó con su expulsión en agosto de ese mismo año, tras revelarse los primeros reportes de pagos no declarados provenientes de Ucrania.
El portal digital The Hill recordó que el fiscal especial tiene la autoridad para investigar cualquier colusión potencial entre el equipo de Trump y Rusia, pero también cualquier asunto auxiliar que surja a raíz de la pesquisa principal, en este caso, las transacciones financieras de Manafort.
De acuerdo con los cargos, Manafort y Gates, junto con otros, conspiraron a sabiendas e intencionalmente para defraudar a Estados Unidos, de modo que perjudicaron, obstruyeron y derrotaron las funciones gubernamentales legítimas de los departamentos de Justicia y del Tesoro.
Más de 75 millones de dólares fluyeron a través de varias cuentas en el exterior creadas por el exconsejero, a quien los fiscales responsabilizan de lavar más de 18 millones, mientras Gates transfirió unos tres millones.
A decir de la cadena de televisiónn CNN, una fuente próxima a la Casa Blanca dijo que la mala conducta de ambos tiene poco que ver con la campaña de Trump o la investigación sobre Rusia.
Pero algunos expertos legales sugieren que la decisión de Mueller de seguir adelante con una acusación formal contra Manafort es una señal de que está tratando de convencerlo de que actúe como informante, posiblemente sobre la campaña del gobernante republicano.
Al mismo tiempo, medios locales destacan que se trata de las primeras personas en la órbita del mandatario acusadas en la investigación del fiscal especial.