La estructura de carne y hueso aumenta la particularidad del ser humano y pensante. Cada día uno se enfrenta a cuestiones comunes, rudas, sensibles e inesperadas. Un padre, entusiasmado, se despide de su hijo para que éste último aborde el autobús; al poco rato, el transporte choca y todos mueren. Situación trágica, real y cotidiana.
La frecuencia de circunstancias semejantes han dominado los últimos cinco años, debido al incremento de personas, lugares, trayectos, utilidades y creaciones. En cualquier instante, puede estallar una bomba en un edificio o casa, aparecer un asesino o asaltante. Es probable que en épocas anteriores también existiera la propensión a dichos incidentes. La diferencia, en el ahora, es que hay más alarmismo y notificación de los hechos.
El individuo civil rutinario
La semana pasada se detectó que, aproximadamente un sesenta por ciento en la capital del Estado de Puebla, se adaptan más fácilmente al contexto. Se sumergen en los deberes y normativas del trabajo, escuchan atentamente y atienden aspectos económicos, políticos y las personas son sociales.
En el libro “Política” de Aristóteles manifiesta: “La razón de que el hombre sea un ser social, más que cualquier abeja y que cualquier animal gregario, es clara. La naturaleza, pues, como decimos, no hace nada en vano. Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra”.
El hombre tiene la necesidad de compartir un diálogo, anécdotas o sentimientos con su compañero. A partir de esta derivación, el humano desarrolla distintas personalidades (extrovertido, introvertido, etc.). Aun así, dentro de la misma sociabilidad existe la capacidad de crítica y discernimiento ante la condición de la realidad, de la cual carece el individuo rutinario.
Se midió el resultado, a través de 3 factores: Satisfacción o inconformidad de políticas implementadas, seguimiento de reglas y el nivel de influencia de medios de comunicación.
Esta persona puede poseer riqueza material, crecer de forma laboral, pero es posible que no trate de alcanzar la cima. La mayor aspiración se queda en conseguir grandes sumas de dinero y requisitos que le serán útiles, a lo largo de su estancia (grado de estudio, profesionalidad, familia, entre otros). Pero, lo hacen como método de supervivencia, y no por convicción o apasionamiento. Sin embargo, sí hay solución para progresar como ser pensante.
Figuras importantes o públicas
La difusión acrecienta la buena imagen pública del político, o la deteriora. Tiene un compromiso y una responsabilidad. En bocas de superhéroes se ha pronunciado: “Un poder implica una gran responsabilidad”. Es verdad. Es el precio de la fama, relevancia y liderazgo .
¿Cómo se adquiere?
Hay tres formas: se nace en un medio en el que hay accesibilidad para recursos económicos, políticos o artísticos. El cargo se vuelve hereditario y se delega. Hay quienes sí tendrán la disposición y aptitud para ejercer el rol que les ha tocado, es merecedor. En segundo, estará el que no es talentoso y competente, pero aun así desempeñará el papel destinado. Hay otros, que no son de orígenes ilustres, pero sí tienen el don o algo nuevo que aportar a la sociedad y enfrentan los obstáculos para ganar un lugar célebre, entonces podrán sobresalir.
El restante cuarenta por ciento se encuentra en estas categorías.
El destacado y frustrado
Se ha visualizado y oído constantemente “El de la brillantez desperdiciada”. Es aquél que puede pensar, definir e inventar un mundo distinto, pero no tiene las opciones de trascender o dar conocer su semilla. También, no pasa dichas barreras porqué tiende a creer que la sociedad no lo merece, está inconforme todo el tiempo, es misántropo y retraído. Su exterior sabe lo que podría lograr, a veces hay un empuje y lo intenta, pero hay ocasiones que se muere así.
Por ejemplo, hay escritores, compositores o pintores que en su momento no fueron reconocidos adecuadamente, hasta años después, cuando ya habían fallecido, valoraron su arte o aportación.
La combinación fortuita
La jerarquización señalada en los párrafos anteriores es muy cierta, son modelos más ad hoc a lo existente, pero no cien por ciento fieles. No obstante, se vale refutar. Todos poseen características del hombre rutinario, unos más que otros, la superación de éste consistiría en anhelar fortuna mental. El componente auxiliar en el talentoso desconocido, sería inculcar el aprendizaje para desenvolverse en el medio de forma carismática, emprender la tolerancia para sobrellevar ciertas situaciones y conquistar el propósito.
Para forjar un propio criterio se recomienda observar detenidamente al entorno con ojo analítico, así como leer algunas obras, entre ellas “Crimen y Castigo” y “El hombre del subsuelo” de Fedor Dostoyevski, “Rojo y negro” de Stendhal. Son libros que retratan a hombres destacados, que ellos sufren una evolución y posiblemente hayan efectuado su objetivo, u ocurrido un deceso.