Criptomonedas, la zozobra de los precios

Por José Gómez Bodes

La Habana, 28 oct (PL) Denostada por unos, alabada por otros, en lo que sí están de acuerdo todos los analistas es que la moneda digital ha cambiado radicalmente el panorama financiero tanto del presente como del futuro.

Incluso hay expertos que le niegan el rol de moneda, pues sostienen que su extrema volatilidad la invalida como tal, y proponen clasificarla solo como activo financiero.

En este último señalamiento existe una cierta coincidencia entre los operadores de bolsa y los estudiosos, puesto que la llamada criptodivisa registró en los últimos años una cadena de severas fluctuaciones, al punto que su precio se ha vuelto sumamente frágil.

No obstante, en una encuesta efectuada por la cadena de televisión CNBC hubo mayoría de pronósticos favorables a un futuro promisorio, lo que podría elevar a 50 mil dólares la cotización del bitcoin, la unidad de referencia entre más de 700 criptomonedas que existen hoy en el mundo.

Entre las paradojas que caracterizan al dinero virtual, una de las más temidas por sus poseedores son las subidas espectaculares de precio que casi siempre provocan alarma en los gobiernos de los principales países donde se opera con esta moneda, e intensifican los planes de regular su uso con medidas oficiales.

Una de las características más singulares y a la vez más atractivas de las criptomonedas es que en su funcionamiento no intervienen los bancos centrales ni las autoridades de ningún Estado.

Comprar dinero virtual se realiza mediante una operación relativamente sencilla, pues consiste en conectarse a Internet a fin de crear una cuenta personal que dé acceso a cualquiera de las páginas web habilitadas para efectuar la adquisición.

Una vez confirmada y verificada la cuenta, que constituye el trámite que requiere más tiempo, el pago se puede realizar con tarjeta de crédito, transferencia bancaria o con la venta de productos y servicios a clientes que operan con la nueva moneda.

El último paso es crear una «billetera» virtual que da acceso, con una clave única, al dinero que adquirió el comprador.

La invención del dinero virtual data del año 2009 y su autor solo es conocido con la denominación de Satoshi Nakamoto, cuya identidad no se ha podido esclarecer si corresponde a una sola persona o a un grupo de innovadores.

El nombre de esta moneda originaria es bitcoin y se utiliza como representativa de los centenares de unidades similares que han surgido en los últimos años. Su valor en el mercado se disparó a partir de 2016, impulsado por los «fondos de cobertura» que manejan los grandes inversores para la compra de acciones que se encuentran en baja y que luego venden a tasas mayores para obtener crecidas ganancias.

Un fenómeno similar al que ocurre en el resto del sistema financiero internacional es la concentración del capital en pocas manos, y en este rubro se conoce que las cinco mayores fortunas poseen las dos terceras partes del valor total de las criptomonedas.

En 2017 el dinero virtual se convirtió en la noticia más sensacional de la actualidad bursátil por su escalada de precios, la cual se prolongó hasta diciembre pasado, cuando sobrevino un desplome fulminante. Las causas de este revés se atribuyen, principalmente, a las medidas restrictivas tomadas por los gobiernos de varios países asiáticos, donde el dinero virtual tiene su mayor desarrollo.

Otros factores adversos fueron el robo de cuentas por valor de 500 millones de dólares cometido en Japón, el temor de que los precios estén siendo manipulados por operadores inescrupulosos y la prohibición de anuncios en Facebook.

En 2018 se puso de manifiesto, una vez más, la inestabilidad de las cotizaciones. El 10 de enero el precio del bitcoin fue de 14 mil 338 dólares, y diez días después había bajado a 12 mil 858, para terminar el primer mes del año en 10 mil 146.

La pérdida de valor alcanzó en enero al 30 por ciento, pero expertos pronostican que el precio del bitcoin se recuperará y podría llegar a 50 mil dólares, aunque se establezcan nuevas regulaciones por parte de los gobiernos.

EL PETRO, UNA CRIPTOMONEDA DISTINTA

Venezuela emprendió el 31 de enero una amplia campaña de promoción del petro entre empresas y entes financieros nacionales y extranjeros, de cara al comienzo de operaciones con esa criptomoneda, la primera respaldada por las riquezas tangibles de un Estado.

Desde el 31 de enero entró en funcionamiento el sitio web www.elpetro.gob.ve, destinado a los usuarios interesados en obtener información sobre los detalles técnicos y el funcionamiento de esa moneda digital, informó el ministro para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Hugbel Roa.

En conferencia de prensa en la sede del Banco Central de Venezuela, Roa hizo pública la hoja de ruta para la implementación del petro. El titular se refirió al manual de procedimiento para poder adquirir la nueva criptomoneda, llamada a convertirse en un mecanismo capaz de romper el bloqueo impuesto a la nación sudamericana por potencias extranjeras y grupos financieros internacionales.

Al estar respaldada por los ricos recursos energéticos y minerales de Venezuela, el Estado ofrece confianza y garantías a los inversionistas interesados en adquirir el petro, el cual igualmente constituirá una vía para que la banca venezolana logre acceder a divisas, significó.

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