La creciente incidencia en el robo de pipas de Petróleos Mexicanos, utilizadas para transportar gasolinas y diésel, se ha convertido en un grave problema para la petrolera.
De acuerdo con información de El Universal entre 2016 y agosto de este año, grupos delincuenciales han despojado a Pemex de 25 unidades, lo que significa una pérdida estimada de 4.5 millones de dólares.
Las pipas robadas son utilizadas por el crimen organizado para transportar hidrocarburo sustraído ilegalmente de ductos de la empresa a través de tomas clandestinas.