México, 1 ene (PL) Los dos primeros bebés que nacieron en el Estado de México y en la ciudad capital en 2019 fueron niñas, informó hoy la Secretaría de Salud.
A las 00:00 horas, cuando las campanadas de la Catedral marcaban el inicio del nuevo año, en el Hospital de Ginecología y Obstetricia del Instituto Materno Infantil del Estado de México (Imiem), vio la luz Alin Yunuen, quien se convirtió en la primera bebé mexiquense de 2019, nacida además por cesárea, con un peso de 3,6 kilogramos.
La madre, Nancy Maritza Hernández López, de 26 años de edad, originaria del municipio de Tenango del Valle, goza de buena salud al igual que su pequeña, que midió 50 centímetros y obtuvo una calificación de 8/9 en la prueba Apgar.
En el Hospital General de México de la Secretaría de Salud federal Ciudad de México hubo otro alumbramiento casi en el mismo momento de otra niña que pesó 3,2 kilos, midió 49 centímetros, con una evaluación Apgar 8-9 perfecta y su mamá Angélica Yazmín Islas Hernández, rebosaba alegría por todos sus poros.
La niña, cuyo nombre no se había revelado aún, nació con una salud excelente y ambas rodeadas de un ambiente festivo creado por los médicos, enfermeras y técnicos que las atendieron, y por supuesto, su familia.
Si bien el gozo y satisfacción de Alin y Angélica y los galenos que las atendieron tiene una base muy cierta, pues los dos bebés salieron del vientre de sus madres segundos después de que las manecillas del reloj se separaron sobre el número 12 antes de marcar con exactitud el primer minuto de 2019, en cambio la incertidumbre reinó casi en ese mismo tiempo en otro hospital, el General de Tula, en Hidalgo.
Allí otra niña, de la que tampoco se dijo su nombre, nació en un momento casi impreciso en el que las agujas del reloj se abrazan en el espacio yuxtapuesto del 1 y el 2 que grafican el número 12, y quedó la duda real si esta bebé fue la última mexicana nacida en 2018 o si comparte con la mexiquense y su vecinita capitalina el primer parto de 2019.
Los padres, Ana Lidia Castillo Cid, una humilde ama de casa, y su esposo, Jonathan Altamirano, taxista, más que esa definición lo que les importa es la salud de la niña, impecable, y esa sonrisa arrebatadora con la que los ha premiado la providencia.
Para ellos hay un hecho burocrático cierto: haya nacido segundos antes o después de los límites imaginarios de 2018 y 2019, los trámites burocráticos de inscripción se corren justo en el primer tramo del nuevo año y seguramente celebrarán sus cumpleaños el 1 de enero y no el 31 de diciembre.