París, 3 ago (Prensa Latina) Cientos de personas reclamaron hoy aquí durante una nueva movilización de los chalecos amarillos justicia por la muerte el 22 de junio del joven Steve Caniço, la cual atribuyen a la represión policial.
Los activistas salieron a las calles de esta capital y otras ciudades de Francia por trigésimo octavo sábado consecutivo desde el 17 de noviembre, convocados en esta ocasión por el caso del joven de 24 años que perdió la vida ahogado en el río Loira, en Nantes, después de que la policía dispersara un concierto tecno enmarcado en la Fiesta de la Música.
La plaza de Clichy, en el noroeste parisino, acogió la concentración de chalecos amarillos y otras personas, desde donde partieron con banderas y pancartas a recorrer partes de la urbe por las que fueron autorizados a marchar, pues la Prefectura prohíbe su presencia en varios puntos, bajo el argumento de prevenir hechos violentos en zonas sensibles.
«Justicia para Steve», «Descansa en paz Steve» y «Ni olvido, ni perdón», estuvieron entre las consignas coreadas o reflejadas en carteles, constató Prensa Latina en la movilización, al parecer superior a la de los últimos fines de semana, en medio de una notable reducción en la cifra de manifestantes, respecto a los meses iniciales.
También nosotros hemos sido víctimas durante nuestros reclamos de mejoras sociales de la violencia de la policía, la misma que asesinó a Steve, dijo uno de los participantes, mientras el gobierno señala que las primeras investigaciones descartan tal responsabilidad en la muerte del joven y promete nuevas pesquisas.
La renuncia del ministro del Interior, Christophe Castaner, dominó la movilización sabatina, una demanda coreada, recogida en pancartas e inscrita en algunos de los chalecos amarillos de los protestantes.
Caniço y muchos otros jóvenes estaban en la madrugada del 22 de junio en un concierto tecno en Nantes a orillas del Loira, cuando uniformados indicaron, al filo de las 04:00, hora local, que la música debía detenerse, orden ignorada y respondida con piedras y otros objetos por algunos.
La policía se presentó en el lugar con atuendos antimotines y disparó una gran cantidad de gases lacrimógemos, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a los presentes, entre los que un grupo cayó al agua, de la cual nunca salió el hoy convertido por no pocos en un símbolo de la represión.
Durante más de un mes, la pregunta «Dónde está Steve» recorrió Francia, hasta que el lunes su cadáver fue hallado en el Loira.
El primer ministro, Edouard Philippe, aseveró hace tres días que una investigación interna no arrojó un accionar injustificado o desproporcionado de los agentes, postura que disparó el malestar, e interrogantes de si en realidad era necesario semejante despliegue y uso de artefactos contra esos jóvenes.
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