Falta de conexión con algunos ambientes e individuos

Brenda Trujillo

Todos hemos experimentado de una u otra forma la sensación de que no nos adaptamos o coincidimos con los gustos, pláticas, personalidades o ideales de ciertos contextos. Puede ser en un club deportivo, en el trabajo, la escuela o la familia ¡Sí en la familia también, y a veces es donde más pasa!

Sin embargo, la actitud ideal del individuo sería que desarrollara la capacidad de convivir, aunque no esté de acuerdo con lo que se plantea en determinado ambiente, pero en ciertas ocasiones es tanta la diferencia que no se puede disimular.

Aprender a convivir con la diversidad, es el lema del mundo, y es lo que se incentiva y se promueve por doquier, entre las distintas culturas y costumbres de cada país, estado, comunidad, sector y también aplica para las personas dentro de un mismo ámbito.

Posturas radicales

Se pueden contraer dos actitudes ante dicha disyuntiva. Por un lado, se encuentra aquél que aparenta adaptarse rápidamente aunque no esté de acuerdo con las decisiones o actos que se llevan a cabo en determinado lugar, pero empieza a rayar en la hipocresía.

A largo plazo, la falta de honestidad rige su vida y se acostumbra socialmente a ser así.

Por otra parte, se halla aquel sujeto firme y duro, que no se deja dominar fácilmente ante cualquier resolución o desacuerdo, pero puede carecer de flexibilidad y no se permite conocer más allá de lo que rechaza. Su ideología es tan sólida que no dejará que nada ni nadie la destruya.

Los extremos en todo aspecto son negativos, pero ¡Cómo nos gusta a los humanos ser extremistas! ¡Nos encanta! ¡Es blanco o negro! ¿Realmente debe ser así? ¡Pues no, no tiene que ser siempre así! El equilibrio o neutralidad cuesta para todo, pero es posible.

De este modo se recomienda adquirir la capacidad para adaptarse, pero discernir y dialogar cuando existan diferencias y por ende, establecer un acuerdo entre los distintos actores para que no haya cabida para la hipocresía o la dureza. Esto es muy importante en cualquier circunstancia, nada por la fuerza, mejor perseguir lo que gusta o apasiona.

Charles Darwin, naturalista inglés y científico que trató el tema de la evolución biológico, abordó el concepto de la adaptación, el cual fue el detonante para crear la teoría de la selección natural de Darwin. La selección natural es el mecanismo que explica cómo las cosas cambian. La adaptación explica por qué lo hacen.

«Quienes se adapten mejor serán los elegidos». Es indudable que aquel que tenga la capacidad de adaptarse al medio en el que vive tiene más posibilidad de sobrevivir y trascender, he aquí la paradoja, quizá un individuo vive en un estado o país con el que no se siente identificado y se vuelve apático y huraño, o se topa con personas que no concuerdan con sus ideales, se sentirá frustrado y finalmente lo tacharán de inadaptado.

Sin embargo, en algunas ocasiones el inadaptado posee gran talento pero no trasciende porque no entiende las reglas del juego, y el que no tiene brillantez pero se adapta con facilidad a la dinámica social, entonces puede tener más posibilidades de trascender.

Es por ello que es esencial aprender a observar al entorno, y aunque sea contrario a lo que uno piensa, primero hay que comprender y analizar las normativas para sobrellevarlas y darles la vuelta para no estar ciegamente sometidos, pero tampoco totalmente deslindados.