Desacuerdos entre Bolsonaro y ministro Salud

Brasilia, 13 abr (Prensa Latina) El ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, reconoció que el brasileño se encuentra hoy sumergido en una confusión por desavenencias entre él y el presidente Jair Bolsonaro sobre medidas, como el aislamiento social, para enfrentar el nuevo coronavirus.


«El brasileño no sabe si escucha al presidente de la República o a sí mismo, el ministro», dijo Mandetta citado por el portal de noticias G1.


Bolsonaro desafía el confinamiento, principal medida adoptada por el Ministerio Sanitario tras recomendación de la Organización Mundial de la Salud para frenar el virus SARS-Covd-2.


La pasada semana el mandatario ultraderechista, sin mascarilla para cubrir su rostro, cumplió dos provocativos recorridos y causó aglomeraciones en esta capital, donde visitó el Hospital de las Fuerzas Armadas y más tarde entró en una droguería.


Cuando ingresó a la farmacia se escucharon a la vez aplausos y ruidos de cacerolas golpeadas por vecinos desde balcones y ventanas que le pedían en alta voz un retorno a casa y respetara la cuarentena.


En pocas palabras a periodistas, el exmilitar solo dijo que apenas ejercía «el derecho constitucional de ir y venir libremente» sin importarle que la Covid-19 cobró hasta el momento cerca de mil muertes en el país.


Organizaciones políticas consideran que el presidente practica acciones irresponsables contrarias a los protocolos de salud aprobados por la comunidad científica y aplicados por los jefes de Estado de todo el mundo.


Mientras Mandetta guía a la población para que se quede en casa, Bolsonaro minimiza los riesgos de la enfermedad y da paseos en los que mantiene contacto físico con sus seguidores.


Ante tal escenario, el ministro afirmó que su obligación como brasileño, «que está viendo nuestras fragilidades históricas, las favelas, nuestro pequeño patriota, es mi trabajo decir, estar al lado de mis médicos, estar al lado de la población, protegerla, pedir a los gobernantes que mantengan esta movilidad acelerada, porque esto puede ser muy malo para el país».


Según el médico de profesión, «no juzgo, no señalo con el dedo, no soy un juez. Hago el papel de quien ha sido nombrado ministro y recibe un salario pagado por los brasileños por un puesto nombrado por el presidente para decir la verdad, la transparencia».


«Pero, ¿el ministro está en contra del presidente?» No hay nadie a favor o en contra de nada. Nuestro enemigo, nuestro problema, es el coronavirus. Ese es nuestro oponente, nuestro enemigo. Si soy el ministro de Salud, es por el nombramiento del presidente», remarcó.


Un reciente boletín de la cartera sanitaria registró mil 233 muertes por el patógeno en Brasil, donde también se contabilizaron 22 mil 169 personas contagiadas.