Ramallah, 12 jul (Prensa Latina) La Autoridad Palestina (AP) decidió hoy reforzar las restricciones en los territorios bajo su jurisdicción para contener una segunda oleada de Covid-19, que incrementó la cifra total de infectados a siete mil 37, unos seis mil activos.
A fin de frenar la propagación del SARS-CoV-2, que se propaga ahora de forma acelerada, la AP prohibió el movimiento entre las diferentes localidades de Cisjordania, así como desde y hacia la franja de Gaza.
Debido al incremento de las infecciones en las últimas semanas, quedará prohibido el acceso y la salida desde las gobernaciones de Hebrón, Belén, Ramallah y Naplusa durante al menos cuatro días más, precisa un comunicado divulgado por la agencia Wafa.
Un cierre similar fue instaurado en todas las ciudades, aldeas, pueblos y campos de refugiados donde los expertos detectaron contaminados por el coronavirus, precisó la misma fuente.
Adicionalmente imperará un toque de queda en el horario nocturno por 15 días y están suspendidas las reuniones públicas y celebraciones en grupo como bodas.
Los restaurantes podrán abrir sólo para enviar pedidos a domicilio y las fábricas seguirán activas bajo pautas sanitarias.
La AP hizo hincapié en que los palestinos no podrán trabajar en los asentamientos judíos establecidos ilegalmente en Cisjordania (Israel enfrenta un rebrote de la pandemia), al mismo tiempo pidió limitar los viajes hacia y desde ese país.
En marzo fueron descubiertos los primeros contagiados por el SARS-CoV-2 dentro de un hotel de la ciudad de Belén, y a partir de entonces fue decretado el estado de emergencia que duró tres meses, período en el cual estuvo controlada la transmisión del contagioso virus tanto en la casi inhabitable franja de Gaza como en Cisjordania.
Luego de algunas semanas de reapertura, el liderazgo palestino decidió imponer nuevamente prohibiciones para detener el avance de la actual ola de contagios, que según las autoridades de salud es más severa y peligrosa que la inicial.
De la aparición de la enfermedad a la actualidad fallecieron 39 personas, en su mayoría residentes en Cisjordania, donde radican al menos 700 mil colonos israelíes.
Además de la diseminación del virus en tal demarcación, preocupa su propagación en la franja de Gaza, bloqueada y bombardeada por Israel, y cuya frágil infraestructura sanitaria no podría encarar una explosión de casos, alertan conocedores.
En el estrecho enclave costero mediterráneo viven casi dos millones de personas.