Washington, 10 nov (Prensa Latina) Una carrera electoral con el control del Senado en juego está hoy en marcha en Estados Unidos, desde antes incluso de que el demócrata Joe Biden ganara la presidencia de la nación, según proyecciones de los medios.
Debido a la ley del estado de Georgia, como ninguno de los candidatos a senadores superaron el 50 por ciento de los votos, se verán abocados a unas elecciones extraordinarias el 5 de enero.
Así, el poder en el Senado se decidirá en el territorio georgiano, pues si sus dos escaños fueran finalmente demócratas, la composición quedaría en un 50-50, en un empate en el que el voto especial para resolver las votaciones estaría en la mano de la vicepresidenta, Kamala Harris.
Aún quedan por declararse los vencedores de las elecciones al Senado en Carolina del Norte y Alaska, pero salvo sorpresa mayúscula, los republicanos ganarán ambas.
El sistema político de Estados Unidos es bicameral; para aprobar gran parte de la legislación es necesario que esta tenga un auspicio favorable de la Cámara de Representantes y el Senado.
Durante los dos últimos años de la presidencia de Donald Trump, los demócratas controlaron la Cámara de Representantes, lo cual forzó al Gobierno a negociar algunas de sus medidas y bloquear otras como el paquete de estímulos económico para luchar contra la pandemia de Covid-19.
Además, el Senado tiene atribuciones especiales como la de confirmar los jueces del Tribunal Supremo a propuesta del presidente.
Si un juez del Supremo fallece o deja el cargo y el Senado está controlado por los republicanos, Biden debería pactar con al menos algunos senadores de ese partido para aprobar a su candidato.
Por ello, las elecciones que enfrentan a los senadores republicanos Kelly Loeffler y David Perdue frente a los demócratas Raphael Warnock y Jon Ossof pueden ser clave en el desarrollo de la presidencia de Biden.
A priori, tanto Loeffler, quien el pasado martes venció a otro aspirante republicano que optaba a representar al partido en esta segunda vuelta, como Perdue parten como favoritos, pero el escenario podría cambiar.
Hasta el momento, ningún medio decretó aún el ganador a nivel presidencial en Georgia porque Trump y Biden están separados por menos de 10 mil votos, lo que anticipa que la carrera senatorial podría estar igualmente reñida.
Por ello, los candidatos no esperaron siquiera a saber quién sería el mandatario para comenzar sus campañas de recogidas de fondos e incluso lanzar sus primeros anuncios.
El demócrata Warnock lanzó un vídeo para alertar a los votantes de las «mentiras» y «los anuncios negativos contra nosotros que vienen» en esta segunda vuelta.
Su compañero de partido Ossoff llamó a derrotar al «desgraciado senador David Perdue» el próximo 5 de enero como reclamo.
Ambos recibieron el apoyo de la exalcaldesa de Atlanta y una de las demócratas más reputadas a nivel nacional, Stacey Abrams, en este primer intento de animar a los votantes demócratas a invertir en sus candidaturas.
Por su parte, los republicanos también trataron de movilizar a sus bases.
Loeffler comenzó a pedir donaciones en un tuit en el que aseguraba que competía con «uno de los demócratas más radicales del país».
2020 ha sido un año en el que se ha invertido especialmente en carreras senatoriales y esta nueva elección solo disparará el gasto.
Warnock, Loeffler como Perdue recaudaron más de 20 millones de dólares de cara al 3 de noviembre, mientras Ossof recaudó por sí mismo más de 30 millones, según la organización especializada en donaciones a políticos Open Secrets, unas cifras que volverán a incrementarse en el camino al 5 de enero.