Santiago de Chile, 4 mar (Prensa Latina) Agudizadas por la crisis sanitaria, la pobreza y la pobreza extrema en América Latina alcanzaron en 2020 niveles no observados en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, informó hoy la Cepal.
Esa situación condujo a una agudización de la desigualdad en la región y mayor desempleo y participación laboral, sobre todo entre la población femenina.
Así lo refleja el informe Panorama Social de América Latina 2020, presentado en esta capital en conferencia de prensa telemática por Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Bárcena advirtió que la Covid-19 irrumpió en un escenario económico, social y político que venía deteriorándose desde 2014 en la región, con bajo crecimiento, aumento de la pobreza y de tensiones sociales, y sacó a la luz las desigualdades de las sociedades latinoamericanas, con altos niveles de informalidad y desprotección social.
El estudio estima que en 2020 la pobreza extrema se situó en 12,5 por ciento de la población (78 millones de personas) y la tasa de pobreza en 33,7, equivalente 209 millones de habitantes, 22 millones más que en 2019.
Pero esa situación es peor aun en áreas rurales, entre niños y adolescentes, indígenas y afrodescendientes, y en las personas con más baja educación, aunque según advirtió Bárcena, la pobreza pudo ser muy superior pues fue contenida en alguna medida por las medidas económicas de los gobiernos para paliar la crisis sanitaria.
«La pandemia ha exacerbado las grandes brechas estructurales de la región (…) y los costos de la desigualdad se han vuelto insostenibles y es necesario reconstruir con igualdad y sostenibilidad, apuntando a la creación de un verdadero Estado de bienestar, tarea largamente postergada en la región», afirmó la alta funcionaria.
Por ello, la Cepal propone garantizar la protección social universal y, en el mediano y largo plazos, avanzar hacia un ingreso básico universal, priorizando a familias con niños y adolescentes y apostar por sistemas integrales, sostenibles y con mayor cobertura.
También llamó a garantizar la salud, la educación y la inclusión digital, para que nadie se quede atrás.
«La pandemia es una coyuntura crítica que redefine lo que es posible, y abre una ventana de oportunidad para dejar atrás la cultura del privilegio», afirmó Bárcena.
El informe refleja el efecto adverso de la pandemia sobre los ingresos y señala que en 2020 unos 491 millones de latinoamericanos vivían con salarios equivalentes a un tercio de la línea de pobreza, lo que afectó esencialmente a los sectores pobres y medios.
En tanto, el desempleo se ubicó en 10,7 por ciento al cierre de 2020, lo que representa un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto a 2019, con mayor incidencia entre las mujeres, trabajadores informales, jóvenes y migrantes.