Primero hay que ver la comida para que sepa mejor

Ciudad de México, 15 de abril de 2021.- Bien dice el refrán que “De la vista nace el amor”, lo que ha sido confirmado por un estudio científico que ha comprobado que la comida sabe mejor si se ve antes de olerla.

La investigación realizada por la Universidad del Sur de Florida, y publicado en el medio especializado Journal of Consumer Psychology, señala que para poder disfrutar de una comida se debe de seguir un orden en el que los sentidos interactúan con la comida, lo que influirá en cuánto nos llegarán a gustar los alimentos.

De acuerdo con los expertos, para que la comida nos guste, lo ideal es empezar con la vista, seguir con el olfato y terminar con el paladar.

Los investigadores hicieron experimentar con galletas, aperitivos hechos con frutas y limonada a casi 200 personas, haciéndolos probar cada una de las tres cosas, jugando con el orden de los sentidos, es decir, probarlas sin ver, sin oler, viéndolas antes que oliéndolas y lo contrario.

En los aperitivos de fruta con sabor a fresa y de las galletas, los catadores dijeron que los de mejor sabor eran los que podían ver durante la prueba antes de olerlos.

Esto se debe a que poder ver un alimento antes de olerlo ayuda a procesar la señal de olor con mayor facilidad, lo que a su vez mejora la percepción del sabor de la comida.

Los resultados revelaron que las personas pueden procesar mejor un aroma en sus cerebros cuando este está precedido por una señal visual correspondiente, como el color, influyendo en el sentido del gusto.

Con la limonada los investigadores les dieron a los participantes la bebida en vasos de plástico transparente con tapa y en vasos de plástico de color sólido con tapa que fueron salpicados con aceite artificial con aroma a limón.

Quienes podían ver el contenido de los vasos antes de oler bebieron más limonada, mientras que a quienes se les dio limonada con un color púrpura inodoro, un color que normalmente no se asocia con el sabor a limón, tuvieron un efecto negativo en la percepción del sabor, ya que el color contradecía las expectativas.

La conclusión es que para que los alimentos nos sepan bien debemos de verlos, después olerlos y finalmente comerlos.

Con información de (AMX Noticias)

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