Brasilia, 23 abr (Prensa Latina) Brasil notifica cada día la denuncia de 243 casos de tortura o agresión física o psicológica contra niños, cifra que representa hoy más de 10 por hora, reveló una encuesta de la Sociedad Brasileña de Pediatría.
El estudio, que contó con el apoyo de la agencia 360 grados y el Sistema Nacional de Enfermedades de Declaración Obligatoria del Ministerio de Salud, señaló además que la mayoría de los casos ocurren dentro del hogar y tienen como autores a miembros de la familia.
Para expertos, el guarismo representa solo la punta de un problema mucho mayor.
Se calcula que por cada registro de violencia de este tipo se producen otros 20 casos, que no se denuncian oficialmente.
Tales agresiones son a menudo invisibles, especialmente cuando no acaban o incluso terminan en la muerte.
Ese fue probablemente lo sucedido a Henry Borel, de cuatro años, quien murió con lesiones las cuales hacían sospechar que resultó torturado por parientes.
La mayoría de los casos suceden en el propio domicilio del infante y tienen como autores a personas de su entorno familiar, especialmente el padre, la madre o el tutor.
Especialistas aseguran que los pequeños son rehenes de sus atacantes, especialmente en una situación de cuarentena y cierre de escuelas impuesta por la pandemia de Covid-19.
Solo en 2019 (último dato disponible), la suma de estos tres tipos de delitos contra niños y adolescentes de cero a 19 años alcanzó las 88 mil 572 notificaciones.
De este total, el 71 por ciento (62 mil 537) fueron de violencia física; un 27 (23 mil 693) de psicológica y un tres (dos mil 342) de tortura.
En muchos casos, la acometida deja graves consecuencias físicas, psicológicas y cognitivas en los menores, interfiriendo en su desarrollo.
Al analizar la serie histórica entre 2010 y 2019, el número total de agresiones alcanza los 629 mil 526 o 173 casos al día.
Para el portal Rede Brasil Atual, resulta impresionante que, desde la adopción de esta plataforma, los registros hayan crecido de forma constante.
En 2010, hubo 24 mil 40 notificaciones. En 2019, la cifra se disparó a 88 mil 572, un aumento del 268 por ciento.
«Durante mucho tiempo, la violencia contra las mujeres fue silenciada, normalizada, todo el mundo hacía como si no existiera; esto solo empezó a cambiar después de la Ley Maria da Penha», compara la jueza Andrea Pachá, del cuarto Tribunal de Huérfanos y Sucesiones del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro.
Lo mismo ocurre ahora con la violencia contra los niños; cuando sale a la luz, las personas empiezan a estar más atenta a las señales, apuntó.