Luego de las develaciones en México, de que cuando partía asilado a ese país en 2019 un proyectil rozó su avión, el expresidente Evo Morales recordó este viernes cómo se salvó de ser asesinado “por los golpistas”.
“Con las nuevas revelaciones del libro A la mitad del camino del hermano presidente de #México @lopezobrador_ vuelvo a recordar cómo nos salvamos de ser asesinados por los golpistas. No contentos con arrebatarnos la elección y el gobierno, intentaron quitarnos la vida”, escribió en su cuenta de Twitter.
Según un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional de México publicado en libro A la mitad del camino, del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la noche del 11 de noviembre de 2019, cuando un avión de la Fuerza Área Mexicana retiraba a Morales de Bolivia, el piloto esquivó un proyectil mientras decolaba la nave.
“Durante el ascenso inicial, el piloto alcanzó a observar desde el lado izquierdo de la cabina de mando, y cuando casi alcanzaba los 1.500 pies sobre el terreno, una estela luminosa similar a la característica de un cohete en la posición de las siete (atrás a la izquierda de la trayectoria del avión) por debajo del horizonte (…)”, señala el documento.
Morales se expresó sorprendido por las develaciones y consideró que siempre pasó por ese riesgo durante su vida política. “Desde que era dirigente, y ahora como expresidente, estoy convencido de que la derecha trata de eliminarnos físicamente o anularnos políticamente. Podrán atentar contra Evo, pero nunca derrotarán al pueblo. Podrán atacar al indio, pero jamás vencerán a los movimientos indígenas”.
Ahora jefe nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), Morales agradeció “al pueblo movilizado” el haberse arriesgado para defender su vida. “Les debo mi vida. Debo mi vida al pueblo y honraré su compromiso entregando mi vida para trabajar por el pueblo”, dijo.
En su libro, Volveremos y seremos millones, Morales cuenta otros episodios vinculados al presunto intento de asesinarlo o tomar represalias en su contra. Por ejemplo, recuerda cómo, al llegar al aeropuerto de Chimoré, donde renunció el 10 de noviembre de 2019, los militares quisieron trasladarlo a la terminal aérea militar y no así a la civil, donde los esperaban los cocaleros.
Además, relata que un policía de seguridad le reportó que un agente ofrecía “50.000 palos” por su cabeza.
El libro cuenta también actos de desobediencia militar en el último tramo de su interrumpido gobierno.