Influencia de la pandemia en el uso del celular de los niños

Toluca, Estado de México, 02 de febrero de 2022.-

Desde hace años, el uso excesivo de la pantalla en los más jóvenes se ha asociado con riesgos para la salud física y mental. Pero la llegada de la Covid-19 y los posteriores confinamientos, así como el aprendizaje online y la necesidad de distanciamiento social, han propiciado una creciente dependencia de su uso para casi todas las facetas de su vida: entretenimiento, socialización y educación.

Estudios realizados en todo el mundo sugieren un aumento del tiempo frente a la pantalla en niños y adolescentes durante la pandemia.

Una investigación publicada en JAMA Pediatrics muestra cómo la media del uso diario entre más de 5 mil adolescentes encuestados en los primeros meses del SARS-CoV-2 fue de 7,7 horas al día, una cantidad superior a las estimaciones precoronavirus (3,8 horas/día).

Cómo afecta su uso en los más pequeños

La actividad física de los niños y el tiempo frente a las pantallas están relacionados con la salud mental durante la pandemia. Una encuesta en unos mil niños en edad escolar de EE UU revela que aquellos que realizaban más ejercicio y pasaban menos tiempo frente a la pantalla tenían mejores resultados en este ámbito.

Otro trabajo, publicado a finales de diciembre en JAMA Network Open, determinó en más de 2 mil menores de Canadá cómo el mayor uso de televisión o medios digitales, videojuegos, aprendizaje electrónico y tiempo de videochat se asociaba con síntomas de depresión, ansiedad, problemas de conducta, irritabilidad, hiperactividad y falta de atención durante la covid-19.

Los autores insisten en la necesidad de intervenir en las políticas, así como en los apoyos sociales basados en la evidencia, para promover el uso saludable de la pantalla y la salud mental de los niños y jóvenes durante la pandemia y más allá.

Sobre el uso concreto de teléfonos inteligentes durante la pandemia, una investigación llevada a cabo en Alemania muestra que la escasa sensación de control, el miedo a perderse algo y el pensamiento negativo repetitivo estaban asociados a una mayor gravedad del uso problemático estos dispositivos.

Relación entre obesidad y pantallas

Un estudio publicado en febrero de 2021 en la revista Health Care observa que la mayor exposición a pantallas se relaciona con una mayor ingesta de alimentos poco saludables.

Los resultados apuntan cómo los niños más mayores (12-14 años) presentan el porcentaje más elevado de estar al menos 2 horas diarias frente a las pantallas para fines recreativos (63,9 %), y son los que más ingieren bebidas azucaradas (20,9 %) y comida rápida (12,2 %). Para los dulces, son los de entre 3 y 5 años el grupo que más los consume (78,1 %), así como los snacks (11,7 %).

“La ingesta de comida basura está asociada con cierto nivel de ansiedad de los niños, lo cual se puede incrementar con el uso de las pantallas. Por otro lado, los niños que están más horas delante de ellas también están más expuestos a la publicidad de esta comida, provocando su mayor consumo”, puntualiza Martínez Sánchez, uno de los autores de este trabajo, quien insiste en que son necesarios más estudios para confirmar estas hipótesis.

Además, también hay que mencionar la posible relación con el nivel socioeconómico y educativo. Con salarios más bajos, horarios menos flexibles y jornadas laborales más largas, los padres pueden tener menos tiempo para atender las necesidades de los niños y acceder así a opciones más rápidas pero de menor calidad nutricional.

No obstante, harán falta más investigaciones para ver la dimensión real. El pasado septiembre, un estudio en 12 mil niños y niñas de 9 y 10 años afirmaba que los niños en edad escolar que pasan más tiempo frente a las pantallas solo son ligeramente más propensos a sufrir trastornos de la atención, alteraciones del sueño o bajas calificaciones, y no depresión y ansiedad. También encontraron que más tiempo de pantalla se asociaba con relaciones más fuertes y con los compañeros.

Entornos digitales saludables

Lo que resulta innegable es que la tecnología es una parte importante de nuestro mundo. El entorno digital de los menores no tiene nada que ver al que había hace apenas un par de décadas. Por lo que no se trata de demonizar el uso de las pantallas en niños y niñas, sino enseñarles hábitos saludables que permanezcan durante toda su vida.

Qué dice la Asociación Americana de Pediatría y la OMS

En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó, por primera vez, recomendaciones sobre el tiempo que los más pequeños pueden ver la televisión o jugar con pantallas. Desde la institución fueron tajantes: los menores de dos años no deberían hacerlo, y entre los dos y los cinco años, como mucho una hora al día. E instaron a optimizar el tiempo de sueño y de juego activo.

Igual opina la Asociación Americana de Pediatría, que el mismo año elaboró una guía con recomendaciones de uso de estos dispositivos digitales en función de la edad de los niños y niñas. Bajo la premisa de que menos tiempo es siempre mejor, algunas de sus principales conclusiones fueron:

– Para menores de 18 a 24 meses, evitar el uso de pantallas digitales (excepto videoconferencias).

– Entre 18 y 24 meses, en el caso de usar medios digitales elegir aplicaciones con calidad educativa y siempre en compañía de un adulto.

– De 2 a 5 años, limitar el uso de las pantallas a 1 hora al día, y siempre con programa educativos de alta calidad, recomendando que el adulto interaccione con ellos y le ayude a comprender el contenido.

– De 6 años en adelante, establecer límites de tiempo claramente definidos.

Los especialistas también insistieron en no usar las pantallas al menos 30 minutos antes de ir a dormir, evitar su uso como estrategia habitual para calmar al menor y mantener los dormitorios, la hora de la comida y el tiempo de juego libre de estos dispositivos.