En el cambiante panorama educativo del siglo XXI, la Inteligencia Artificial (IA) emerge como un poderoso aliado capaz de transformar y revolucionar la forma en que aprendemos y enseñamos. Un estudio reciente titulado «El futuro de la Inteligencia Artificial en la educación de América Latina», presentado en la Feria Internacional del Libro Estado de México (FILEM), arroja luz sobre cómo la IA está moldeando y continuará dando forma al nivel básico y superior de la educación en la región.
Este estudio, resultado de las contribuciones de 67 expertos de 17 países, ofrece una visión panorámica de cómo la IA está redefiniendo el sistema educativo, tanto dentro como fuera del aula. En particular, se destaca el impacto significativo que se espera en la educación primaria y en el nivel universitario. La IA se presenta como una herramienta que no solo mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que también aborda desafíos estructurales de desigualdad y accesibilidad.
Una de las áreas en las que la IA se proyecta como un agente de cambio es en la formación autónoma fuera del entorno escolar. Plataformas impulsadas por IA pueden brindar oportunidades de aprendizaje personalizado y autodirigido, permitiendo a los estudiantes explorar temas que les interesan de manera más profunda y eficiente. Además, la IA se erige como un apoyo crucial para estudiantes con necesidades especiales, abriendo puertas previamente inalcanzables y reduciendo las brechas educativas.
Otro aspecto en el que la IA promete transformar la educación es la evaluación. Los sistemas automatizados de evaluación y corrección agilizan la revisión de tareas y exámenes, liberando tiempo valioso para los educadores, que pueden concentrarse en interacciones más significativas con los estudiantes. Esta automatización no solo es eficiente, sino que también puede proporcionar retroalimentación inmediata y personalizada, mejorando el proceso de aprendizaje.
Sin embargo, como todo cambio disruptivo, la implementación de la IA en la educación no está exenta de desafíos. Los expertos resaltan la necesidad de políticas públicas efectivas para garantizar que la IA no solo beneficie a las comunidades dentro de un país, sino que también reduzca la brecha entre naciones. El acceso equitativo a la tecnología y a las oportunidades de aprendizaje impulsadas por IA se convierte en un factor crucial en esta ecuación.
Axel Rivas, experto y coautor del estudio, identifica tres desafíos fundamentales para la educación en la era de la IA. En primer lugar, se trata de encontrar el equilibrio entre la innovación y las políticas gubernamentales, asegurando que los recursos y oportunidades tecnológicas lleguen a todos los estratos de la sociedad. En segundo lugar, es crucial integrar la tecnología de manera coherente en los procesos educativos, poniendo el enfoque en la enseñanza y la pedagogía. En esta línea, Rivas destaca el papel emergente de los tutores virtuales basados en IA, que pueden brindar apoyo personalizado a los estudiantes.
Por último, la ética y las desigualdades siguen siendo desafíos críticos. La IA puede ser un catalizador para abordar estas cuestiones, como lo demuestra el caso uruguayo, donde se implementaron programas de mejora educativa basados en IA a partir de las necesidades expresadas por los docentes.
En un evento de presentación del estudio, figuras destacadas del ámbito educativo y cultural se unieron para discutir los hallazgos y el potencial de la IA en la educación. La secretaria de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma del Estado de México, María de las Mercedes Portilla Luja, junto con otros representantes, subrayaron la importancia de abordar los desafíos con una visión equitativa y centrada en la mejora educativa.
El libro, producto de una colaboración entre investigadores y el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y ProFuturo, abre un diálogo necesario sobre cómo la IA está transformando el panorama educativo en América Latina. La combinación de innovación tecnológica, políticas públicas sólidas y un enfoque pedagógico centrado en el estudiante podría allanar el camino para una educación más inclusiva, personalizada y accesible en la región.