Washington, 24 may (Prensa Latina) Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, concluyó que el ejercicio físico debería ser un factor importante en el tratamiento de los pacientes con Parkinson, publicó hoy la revista Neurología.
Basándose en las pruebas actuales, los expertos proponen un cambio de paradigma: el ejercicio debería prescribirse como medicina para las personas con Parkinson en fase inicial junto con el tratamiento médico convencional.
Para ello parten de la base de que el ejercicio puede ayudar a prevenir el desarrollo de la enfermedad, retrasar potencialmente su progresión y ser un tratamiento eficaz para varios de los síntomas más pronunciados.
El estudio recordó que la enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico incurable y progresivo que conlleva consecuencias deletéreas motoras y no motoras.
En este contexto, señaló que actualmente ningún agente farmacológico puede prevenir su evolución o progresión, mientras que los tratamientos sintomáticos farmacológicos tienen efectos limitados en ciertos dominios y causan efectos secundarios.
Por lo tanto, destacó que es fundamental identificar intervenciones que prevengan, ralenticen, detengan o mitiguen la enfermedad.
En ese sentido, los autores apuntaron que el ejercicio es seguro y representa una piedra angular en la rehabilitación de la enfermedad de Parkinson, y que puede tener beneficios aún más fundamentales que podrían cambiar la práctica clínica.
En esta línea, los investigadores afirmaron que la base de conocimientos existente apoya el ejercicio como un factor protector del estilo de vida que previene la enfermedad, supone una terapia potencial modificadora del padecimiento, y se muestra como un tratamiento sintomático eficaz.