París, 22 jul (Prensa Latina) Castigado por los dioses por entregar el fuego del Olimpo a los humanos, Prometeo espera algo grande en la inauguración más sui-géneris de la historia de los Juegos Olímpicos.
Por Fausto Triana, enviado especial
El idílico París está hoy estresado y aunque las aguas ahora límpidas del Sena parecen apacibles, los nervios están de punta a poco más de 72 horas de la ceremonia de apertura de la cita estival.
Más que nunca, son perceptibles las extremas medidas extremas de seguridad, mientras el mundo aguarda por la inédita velada que romperá con las tradiciones: a lo largo del majestuoso afluente que dio lugar a la Ciudad Luz, más de 10 mil deportistas de unos 200 países navegarán en el atípico desfile.
El pebetero, salvo sorpresas de última hora, se colocará en el Jardín de las Tullerías, la última portadora de la antorcha sería la excorredora Marie-José Perec y la forma del encendido final sigue siendo el secreto mejor guardado.
Los organizadores de París 2024 quieren unos Juegos amigables con el medio ambiente, ecológicos en sentido general y, sobre todo, mostrar las bondades de una urbe que se deja querer siempre.
No será difícil pensar que antes de la aparición de Marie-José Perec, campeona olímpica en 400 metros lisos en Barcelona 1992 y Atlanta 1996, disfrutaremos del entorno de la Torre Eiffel, los maravillosos puentes del Sena y flashazos del Arco de Triunfo, Les Champs Elysees y el marco hacia la Pirámide del Louvre en el camino de las Tulleries.
La llama fue encendida el pasado 16 de abril en Olimpia, Grecia, seguida de un relevo en territorio helénico que dio paso al extenso recorrido antes de llegar a Francia.
Fue Amsterdam, capital de los Países Bajos, la que tuvo el honor de hacer renacer el fuego de Prometeo renació en los Juegos Olímpicos de la era moderna, y la primera urbe en incluir en su Estadio Olímpico un pebetero.
A lo largo de los máximos encuentros veraniegos del deporte cada cuatro años, los anfitriones se esmeraron en lograr un encendido original del emblema que marca el desarrollo de los eventos hasta su final, en este caso el 11 de agosto.
Barcelona 1992 no ha podido ser batida. El arquero lanzando la flecha con su punta en llamas de la antorcha hasta arribar al pebetero se recuerda como la más original. Sydney 2000 hizo un buen intento con unas cascadas de fuego, que escalaron hasta el lugar.
Pocos saben a ciencia cierta qué ocurrirá tras la ceremonia a lo largo del Sena en París 2024. Aunque todos esperamos algo novedoso, a tono con una inauguración tan diferente.