La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió por unanimidad mantener sin cambio el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 7.0 por ciento, su primera pausa luego de siete alzas consecutivas y 10 en total desde diciembre de 2015.
El banco central explicó que el objetivo de esta decisión es fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación y reforzar la contribución de la política monetaria al proceso de convergencia a su meta de 3.0 por ciento a finales de 2018.
Esto también al considerar el incremento en el rango objetivo para la tasa de fondos por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos en su decisión de junio pasado, señaló el Banxico en su quinto anuncio de política monetaria del año.
Informó que seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, en especial del traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, así como la evolución de la brecha del producto y evaluará la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos.
En todo caso, aclaró, ante los diversos riesgos que siguen presentes, la Junta de Gobierno del Banxico estará vigilante para asegurar que se mantenga una postura monetaria prudente, de manera que se fortalezca el anclaje de las expectativas de inflación y se logre la convergencia de esta a su objetivo.
Así, luego de 10 incrementos en la tasa de referencia desde diciembre de 2015, de los cuales los últimos siete fueron de forma consecutiva, el Banxico decidió mantener sin cambio en 7.0 por ciento la tasa de referencia, acción que podría marcar el inicio de una pausa en el ciclo alcista de tasas.
En casi 20 meses, desde el 17 de diciembre de 2015 al 22 de junio de este año, la tasa objetivo aumentó en 400 puntos base, desde un mínimo de 3.0 por ciento, que mantuvo por poco más de siete años, hasta su nivel actual de 7.0 por ciento.
El Banxico expuso que los elevados niveles que ha venido presentando la inflación general anual durante el año reflejan el efecto de diversos choques de oferta y la depreciación que desde finales de 2014 ha acumulado la moneda nacional.
Asimismo, los efectos del proceso de liberalización de los precios de algunos energéticos y del incremento al salario mínimo en enero pasado.
En los últimos meses, la inflación general tuvo un impulso adicional, como consecuencia de alzas en los precios de ciertos elementos del índice no subyacente, como fueron las tarifas de autotransporte en algunas ciudades del país y, más recientemente, en los precios de algunos productos agropecuarios.
El Banxico apuntó que dada la actual postura de política monetaria, se considera que el balance de riesgos para la inflación no presentó cambios con respecto al reportado en el comunicado anterior.
En este momento, añadió, la postura de política monetaria es congruente con la convergencia de la inflación general a la meta de 3.00 por ciento a finales de 2018, y por ello la Junta de Gobierno decidió mantener la tasa de referencia en 7.00 por ciento.