Este año, el robo de combustible de los ductos de Pemex creció a ritmo inusitado en Hidalgo, Morelos y el Estado de México.
Ahora el huachicol, como se conoce al combustible robado a Pemex, no sólo reina en territorio poblano o guanajuatense, sino que se ha extendido a esas tres entidades.
Hidalgo ya es la cuarta entidad con mayor número de tomas clandestinas, detrás de Guanajuato, Puebla y Tamaulipas.