El que duerme poco se enferma mucho, ya que no restablece la energía perdida y no logra un equilibrio metabólico, sostuvo el académico del Centro de Medicina de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Autónoma del Estado de México, Héctor Manuel Tlatoa Ramírez.
El especialista señaló que una mala calidad del sueño impide fortalecer el sistema inmunológico y afecta la regulación de la actividad eléctrica cerebral. En deportistas, abundó, es esencial dormir adecuadamente para rendir en la disciplina que se practica.
Al dictar la conferencia en línea “Calidad del sueño en deportistas”, a través de las redes sociales de la Dirección de Formación Deportiva de la Secretaría de Cultura Física y Deporte de la UAEM, aseveró que la restricción o fragmentación del sueño provoca alteraciones que aumentan el hambre, así como al sobrepeso y la obesidad.
“Mi organismo, al no dormir adecuadamente, me va a empezar a exigir comer alimentos ultra procesados y de alta densidad energética porque no le dio tiempo de acumular en mi corteza cerebral el glucógeno necesario para las actividades cotidianas”.
La mala calidad del sueño, indicó el especialista, causa incapacidad para concentrarse, mal humor, disminución de la calidad de vida, problemas de la memoria, disminución de la libido y del rendimiento físico y académico.
Asimismo, expresó que en el proceso de enseñanza aprendizaje, el sueño es fundamental porque hay una mejor memoria de lo aprendido. “El conocimiento se adhiere durante el sueño”.
Héctor Manuel Tlatoa Ramírez manifestó que el sueño forma parte de la función rítmica responsable de garantizar la armonía entre las exigencias internas del organismo y el medio exterior.
La calidad del sueño, afirmó, es una valoración subjetiva que puede ser medida mediante parámetros objetivos; sin embargo, lo recomendable en adultos es dormir entre siete y nueve horas, mientras que en los deportistas varía, de acuerdo con la disciplina que practiquen, horas de entrenamiento y desgaste físico.