Beijing, 31 may (Prensa Latina) China relajó hoy más su política de planificación familiar y permitirá a los matrimonios tener un tercer hijo, mientras busca evitar un declive demográfico tras la caída por cuarto año consecutivo en la tasa de natalidad.
La decisión se tomó en una reunión del Comité Central del Partido Comunista que encabezó el líder de la agrupación y presidente del país, Xi Jinping, y donde se analizaron reportes con las estrategias a implementar en 2021-2025 para atender el envejecimiento poblacional.
De acuerdo con lo trascendido hasta el momento, las autoridades debatieron también sobre medidas para incentivar los nacimientos y garantizar un balance a largo plazo en el crecimiento de la población.
Hicieron hincapié en la necesidad de elevar la edad de jubilación y optimizar el sistema de seguridad social.
China publicó el pasado día 11 los resultados del séptimo censo y desde entonces son foco de análisis dentro y fuera del país, porque revelaron que es aún es la nación más poblada del planeta con mil 411,78 millones de habitantes, pero la expansión en la última década fue lenta y el declive demográfico podría comenzar en 2022.
El estudio también registró la llegada al mundo de solo 12 millones de bebés en 2020, o sea, la caída por cuarto año consecutivo, así como el alza a 264,02 millones de individuos mayores de 60 años, quienes ahora representan el 18,7 por ciento de la ciudadanía.
Corroboró los vaticinios sobre la tendencia decreciente en el índice de neonatos respecto a 2019, cuando nacieron 14,65 millones.
Antes en 2018 vinieron al mundo 15,23 millones de bebés, mientras en 2017 la cifra fue de 17,2 millones y se ubicó en 17,86 millones durante 2016, el año en que cesó la política sobre el hijo único.
Expertos enfatizan en el impacto negativo en la economía y la seguridad social del fenómeno y urgen al Estado a dar solución a problemas citados por los matrimonios chinos en su negativa a ampliar la prole.
Por lo general, las parejas mencionan los altos costos que implican mantener a un bebé, el precio de las viviendas, la poca disponibilidad de guarderías y la educación.