Por Por Cira Rodríguez César
La Habana, 267 jun (Prensa Latina) América Latina está atrapada en un círculo vicioso exacerbado por la pandemia de la Covid-19, que genera avances muy desiguales, bajo crecimiento económico, una enorme brecha entre riqueza y pobreza extremas y gran vulnerabilidad.
El Informe Regional de Desarrollo Humano 2021, divulgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), destaca que la región se encuentra en una trampa que no le permite seguir hacia la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los progresos alcanzados en las últimas décadas son más desiguales en los países latinoamericanos y caribeños que en otras partes del mundo comparables con sus niveles de desarrollo; además, sus indicadores sociales están por debajo teniendo en cuenta que es una zona de renta media.
El PNUD considera que el subcontinente está inmerso en un círculo vicioso alimentado por la concentración de poder, la violencia y políticas de protección social deficientes, tres factores que se retroalimentan, explicó el director de ese programa de la ONU para América Latina y el Caribe, Luis Felipe López.
Al respecto, hizo un llamado a los latinoamericanos para que comprendan la conexión entre todos estos elementos y logren liberarse de la alta desigualdad, para lo cual es necesario la implementación de sistemas universales de protección social redistributivos, fiscalmente sostenibles y más favorables al crecimiento.
No puede olvidarse que Latinoamérica es la zona más violenta del mundo, flagelo que junto a la desigualdad forman un ciclo cerrado en el que la inseguridad es causa y consecuencia de la desigualdad y viceversa.
La primera afecta y priva desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables.
Además, obstaculiza el desarrollo al golpear el capital humano, la productividad y la inversión pública y privada, mientras que obliga a aumentar el presupuesto para la seguridad.
En cuanto a los sistemas de protección social, el PNUD los considera frágiles y destaca la capacidad limitada de respuesta durante la pandemia, pues los Gobiernos han creado métodos paralelos de menor calidad para cubrir a las personas excluidas, «que en la región son la mayoría».
A ello se suman mercados de trabajo segmentados y con mecanismos que reproducen desigualdades e incentivan la organización de la producción en negocios muy pequeños y poco productivos. Una realidad ante la cual se sugiere repensar la protección social para asegurar la cobertura universal.
Para salir de la trampa que frena el avance de los países de la región se deben buscar soluciones con el fin de impulsar un crecimiento ambientalmente sostenible y propiciar la inclusión y la movilidad social.