Lo que hay detrás de los ataques masivos de drones contra Rusia

Moscú (Prensa Latina) Durante agosto pasado los ataques ucranianos con drones a territorio de Rusia pasaron de ser esporádicos a frecuentes y masivos, sobre todo en las regiones fronterizas con Ucrania y en la capital.

Por Germán Ferrás Álvarez
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Rusia

Para algunos analistas, la estrategia de Kiev consiste en intentar reducir la protección del espacio aéreo de Rusia, sembrar pánico en la población, así como crear la ilusión de transferir las hostilidades al territorio del contrincante.
El experto militar, Yuri Knutov, recordó que Occidente entregó a Ucrania millones de dólares para la compra de vehículos aéreos no tripulados, por lo tanto, adelantó, habrá cada vez más ataques de este tipo y cada vez más masivos.
Según el periódico The New York Times, en Ucrania hay varias decenas de pequeñas empresas capaces de desarrollar unos seis de tipos de drones de largo alcance, alguno de los cuales pueden volar más de mil kilómetros.
Con esa posibilidad, el gobierno de Vladimir Zelenski persigue un objetivo específico: crear la ilusión de transferir las hostilidades al territorio ruso, pues es evidente el fracaso de la contraofensiva ucraniana iniciada en junio último.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania necesitan crear eventos informativos de alto perfil que puedan distraer a la opinión pública local y externa de sus fallidas campañas.
Se estima que las regiones sometidas al fuego de los drones ucranianos tampoco fueron elegidas por casualidad. Entre ellas hay objetivos de valor militar. No hace mucho, las Fuerzas Armadas de Ucrania querían destruir blancos asociados con las Fuerzas Aeroespaciales o los sistemas de defensa aérea.
Para Knutov, el alto mando ucraniano considera reducir significativamente el grado de seguridad del espacio aéreo ruso. Además, en las regiones atacadas hay objetivos, cuya destrucción puede generar resonancia en el ámbito informativo, como fue el caso del aeropuerto de Pskov.
También se incluyen ataques a la capital y un intento de atacar la torre de televisión en la localidad de Bryansk.
Un cierre exitoso de la radiodifusión en el territorio de toda la región provocaría el pánico no sólo en esa región, sino también más allá de sus fronteras.
En un contexto de aumento de los ataques, que es lo que se perfila a corto y mediano plazo, los mandos rusos valoran construir líneas de defensa a lo largo de toda la frontera con Ucrania.
Además, también intensificaran el trabajo operativo para identificar a los saboteadores que sirven como artilleros en las Fuerzas Armadas de Ucrania.

IMPLICACION DE OCCIDENTE EN LOS ATAQUES CON DRONES
Más allá de la efectividad de los vehículos aéreos (o navales) no tripulados que pueda producir la industria militar ucraniana es sabido que sería imposible sin el apoyo financiero y de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Rusia califica esas acciones de terroristas y las condena. La portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, manifestó que Moscú entendía esas acciones como actos criminales del gobierno ucraniano, al que acusó de convertirse en un instrumento de confrontación con Rusia.
«Es por ello que esas acciones serán objeto de la mayor atención por las fuerzas del orden de Rusia. Nuestras Fuerzas Armadas, que están llevando a cabo las importantísimas tareas de desnazificación y desmilitarización de Ucrania, tampoco las dejarán sin respuesta», precisó Zajárova.
La diplomática también destacó que el gobierno ruso no ignorará esos crímenes de los servicios especiales de los países occidentales, que proporcionan a los ucranianos información para definir las rutas de los drones.
Tal es el caso de los vuelos de dos drones estadounidenses MQ-9 Reaper y del dron turco TV2 Bayraktar, que recopilaron información en la península de Crimea.
Finalmente señaló que «vemos en tales acciones de Kiev y sus manipuladores de la OTAN un cobarde intento de rabia impotente para vengarse de la población e instalaciones civiles por el fracaso de la llamada ‘contraofensiva’, y la incapacidad de cambiar a su favor la situación en la línea de contacto.
Sólo hay una conclusión: Occidente se ve cada vez más involucrado en el conflicto por Ucrania. Pierden el significado las palabras que no están en confrontación «directa» con Rusia.