Ante la polémica en torno a la figura del ex secretario de Seguridad Pública capitalina, Omar García Harfuch que lo vinculan con Genaro García Luna, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que él ya entregó el bastón de mando, «ya no me meto en estos temas, pero ¿por qué no dejamos estas cosas al pueblo? ¿ Por qué pensamos que el pueblo no puede decidir?». Marginar al pueblo es una práctica de los conservadores.
A pregunta expresa sobre los señalamientos de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa que hacen señalamientos en su contra el mandatario evadió pronunciarse directamente : «¿Quién decide en la democracia? Si es tan malo malo García Harfuch como se sostiene, el pueblo está muy consciente, está muy despierto, sabe muy bien lo que le conviene y lo que no le conviene».
Aunque hizo una larga disertación sobre el proceso electoral de 1994 asociado a la falta de vinculación al pueblo, López Obrador dijo: «Y lo otro porque si esa persona está involucrada en lo que le acusan por qué no se han presentado denuncias y se juzga, nosotros no protegemos a nadie, no somos iguales, no hay impunidad para nadie».
Ante la insistencia, el Presidente sostuvo que «el mejor método es que sea la gente la que decida, hay que tener cuidado con los farsantes, como no estamos hablando de la elección del año próximo no nos pueden multar, estamos hablando de la historia política», acotó pues había hecho un largo recuento del papel de Diego Fernández de Cevallos en las elecciones de 1994.
Sobre las inconformidades sobre los aspirantes que se incluyeron y los que se marginado en las listas en los estados, aseveró que «Quién va a decidir es la gente podría haber un acuerdo de grupos, de sectas, y al final son las encuestas. Está probado que una encuesta bien realizada es lo más cercano a la realidad. Y no sólo es una, son dos o tres o cuatro o cinco».