Brasilia, 20 ene (PL) Al cumplirse hoy 20 días de asumir el poder en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro sigue acechado por revelaciones sobre corrupción que involucran a su familia y amigos.
Medios periodísticos enfocan desde hace semanas sus investigaciones hacia el clan presidencial y ahora salió a la luz que el expolicía militar Fabricio Queiroz, exchofer del senador Flávio Bolsonaro (hijo), de quien Jair afirmó ser amigo y al cual le hizo préstamos, movió en su cuenta mucho más que un millón 200 mil reales (unos 320 mil dólares).
Datos del Consejo para el Control del Actividades Financieras (COAF) muestran movimientos por siete millones de reales (cerca de dos millones de dólares) en tres años.
El escándalo afecta no solo a Flávio o al propio Jair, sino también a su mujer, Michelle. La primera dama fue favorecida con depósitos de Queiroz en su cuenta.
Según las fuentes, el COAF identificó asimismo 48 depósitos realizados en la cuenta de Flávio, exdiputado estatal de Río de Janeiro y ahora senador electo.
En los archivos del órgano federal de control de actividades financieras consta que Queiroz movió un volumen de dinero sustancialmente mayor que lo conocido públicamente hasta diciembre.
Un columnista del periódico O Globo citó además el hecho de que el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Luiz Fux blindó a Flávio, al suspender las investigaciones, en una decisión impugnada por juristas.
El relator del caso, el magistado Marco Aurelio Mello, calificó la decisión de Fux de «ilegal, inmoral e inconstitucional, que irá a la basura».
Por otra parte, Queiroz fue invitado dos veces para desentrañar imputaciones en el Ministerio Público de Río de Janeiro, pero no compareció.
Se justificó con problemas de salud. Su familia también fue llamada a esclarecer el movimiento atípico de más de 300 mil dólares entre 2017 y 2018, pero no apareció.
De igual manera Flávio, con prerrogativa de foro privilegiado, tampoco se presentó cuando fue llamado a declarar, pero prometió marcar una nueva fecha.
Por el momento, la familia Bolsonaro y Queiroz esquivan cualquier contacto con la justicia.
La periodista Daniela Lima, del diario Folha de Sao Paulo, reveló que la asiduidad de Flávio en la red social Twitter disminuyó después de que el caso Queiroz salió a la luz el 6 de diciembre.
La llamada comunicación directa con el elector siempre fue alardeada como un gran diferencial del clan. Ahora hubo 26 días en silencio.
Analistas aseguran que el escándalo, al que mucho ya nombran Bolsogate, tiene a la defensiva a los Bolsonaro y en especial a Jair, quien en su campaña prometió combatir con todas las de la ley la corrupción, un flagelo que por lo visto carcome a su familia.