A 14 años de la tragedia de la mina Pasta de Conchos, Coahuila, en la que perdieron la vida 65 personas después de que colapsaran varios túneles, el dirigente minero y presidente de la Comisión del Trabajo en el Senado, Napoleón Gómez Urrutia, pidió reabrir la investigación y en caso de haber responsables, sean llamados ante la ley además de entregar una indemnización a las familias de los mineros.
Resulta curiosa está petición del senador Gómez Urrutia cuando sobre su espalda pesan serias acusaciones en este tema, hay que recordar que un año después de que asumiera el control del sindicato minero, realizó una demanda en contra de Germán Larrea entonces director de Grupo Minero México, querella que al ganar le dejó un fideicomiso de 55 millones de dólares para los trabajadores, dinero que a la fecha no se sabe su paradero.
Tras el accidente se le acusó de desvío de recursos y de ser corresponsable de la tragedia en Pasta de Conchos. Directivos de las secciones 147 y 288 del Sindicato Minero Democrático exigieron a las autoridades federales que investigaran su riqueza inexplicable.
“Es notorio el coraje que este personaje siente contra los trabajadores, nos despojó de nuestro dinero y es el corresponsable de la muerte de 65 trabajadores en Pasta de Conchos”, dijeron los representantes sindicales a través de un documento.
Por su parte Carlos Pavón Campos, dirigente del Sindicato Nacional Minero Metalúrgico FRENTE, afirmó que Napoleón Gómez Urrutia también habría sido responsable del accidente.
“No podemos permitir que Gómez Urrutia haga uso político y mediático de aquella tragedia, sería una vileza y una absoluta falta de respeto hacia la memoria de aquellos compañeros. Él pudo evitar aquél desastre pero hizo caso omiso al clamor de los compañeros de Pasta de Conchos, quienes mediante una comisión, pidieron días antes de la tragedia, una cita con este personaje para exponerle una serie de irregularidades en torno a la mina. Jamás fueron recibidos y se regresaron a San Juan de Sabinas como vinieron a la Ciudad de México: solos”, recordó.
Por lo que tras las acusaciones decidió abandonar el país por miedo de ser detenido, exiliándose en Canadá por mas de ocho años, en los cuales seguió recibiendo dinero del sindicato minero, monto que alcanzaba los 100 mil dolares mensuales.